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Pilar Blanco: Metalúrgica, sindicalista y periodista

    Artículo de opinión de Francisco Naranjo LLanos, Director de la Fundación Abogados de Atocha

    26/04/2014. Nueva Tribuna
    Pilar Blanco con Adela Crespo, María José del Cerro y la premio Nobel Rigoberta Menchú.

    Pilar Blanco con Adela Crespo, María José del Cerro y la premio Nobel Rigoberta Menchú.

    Con motivo de la entrega de los premios "Pilar Blanco a la Comunicación Sociolaboral que CCOO de Madrid entrega el próximo 28 de Abril, en el centro Abogados de Atocha, y me preguntan muchos que quien fue Pilar Blanco, para dar a conocer a Pilar, he hecho esta breve historia de su persona.
    En los años sesenta llegaban muchos emigrantes de provincias para trabajar en Madrid y si fuera posible triunfar en la capital. Pilar Blanco Villarroel es una de esas personas. Su intención sólo era trabajar pero con el tiempo triunfó. Los que hemos estado muchos años a su lado estamos seguros de ello.
    Llegó sin hacer ruido, despacito, sin prisas, sin alterarse y se encontró en un momento dado dentro de un polvorín político y sindical como fueron los años de la transición de la dictadura a la democracia en España.
    Trabajó de metalúrgica en la que siempre fue su empresa, aunque ya no existe: ISODEL, una empresa del metal situada en Méndez Álvaro y que vivió muchas movilizaciones y una auténtica crisis en los años 1975/1980 que finalizó con el cierre total. Allí estaba ella de enlace sindical, sin alterarse, sin ruido, sin prisas, al lado de dirigentes sindicales que les llevaban años de experiencia sindical, luchando por sus compañeros de Isodel y del metal para conseguir las mejores reivindicaciones para la clase trabajadora.
    No hay que olvidar que en aquella época se podían contar con los dedos de la mano las mujeres que se dedicaban a representar sindicalmente a los trabajadores. Pilar es una de ellas.
    Pero a Pilar le gustaban las palabras, así que cuando definitivamente cerraron la empresa, en la década de los  80, terminó periodismo y fue una periodista de raza. Cuando comenzó a colaborar en CCOO de Madrid al comienzo de los 90, apenas existía el gabinete de comunicación como tal y fue ella, sin ruido, sin prisas, sin alterarse, conjuntamente con el responsable sindical de Comunicación, quien más contribuyó a que nuestro sindicato, CCOO, con mayúsculas, se diera a conocer entre los medios de comunicación de nuestra Comunidad Autónoma, además de colaborar con Unidad Obrera y posteriormente con Madrid Sindical.
    Cuando en el año 2000, por motivos de procesos congresuales en el sindicato, se hizo cargo de la dirección de Madrid Sindical -periódico de CCOO de Madrid- acababa de volver de una larga baja laboral por una grave operación, de la cual en su recuperación tuvo incluso que aprender a hablar, andar y leer correctamente.
    Le dio algo de miedo no responder al reto de mantener el prestigio que había adquirido Madrid Sindical, pero supo sobreponerse a sus dudas y superó ese reto con sobresaliente. Todos los que trabajábamos con Pilar lo sabemos muy bien y los lectores del periódico también. Ahí están los cerca de 7 años y más de 70 números editados bajo su dirección para demostrarlo. En esto también triunfo plenamente.
    Pero donde sin duda, donde más triunfó fue en los valores de la vida: sin prisas, sin ruidos, sin alterarse, despacito, iba desgranando su filosofía social y política; la justicia, la libertad, el ecologismo, el apoyo a los más débiles, sus lecturas, sus libros. No hacía una sola crítica de un libro, para su querida página de Madrid Sindical, "Agenda", hasta que lo tenía leído y releído por completo.
    Sus más de cien columnas de la última página del Madrid Sindical, primero firmando como Pilar Blanco y después -desde que asumió la dirección del periódico- con el seudónimo de Clara Pérez, o Feli Gutiérrez, como homenaje a sus abuelas, dan muestra de su pensamiento sindical, social y político sobre los temas y las personas. Todas estas columnas están recogidas en el libro "Que florezcan cien rosas?, editado por CCOO de Madrid en abril de 2007.
    Cuando llegaba el 23 de abril -día mundial del libro- siempre regalaba varios libros para algunos amigos, sobre todo para recordarnos que teníamos que ver menos la TV y leer más libros. Tenía también razón en esa aseveración.
    Pilar, metalúrgica, sindicalista y periodista, triunfo, en todo lo que se propuso, excepto en una cosa: la lucha contra el cáncer, la cruel enfermedad que se la llevó por delante.
    Pero incluso en este doloroso trance, ella, Pilar, con la seriedad y dignidad que le ha caracterizado, pidió a su familia y amigos poder descansar para siempre en el patio de la casa de su pueblo, al lado del olivo, rodeada de peonías y azucenas y cerca del lilo centenario, pues como nos dejó escrito: "para estar perdida en un cementerio cualquiera, prefiero estar perdida y olvidada en mi propia casa?. Así era Pilar y así la hemos querido.
    Pilar Blanco Villarroel, nació en Villalcón (Palencia) el 15 de julio de 1946 y murió en Madrid el 29 de enero de 2007.

    Nueva Tribuna. 25 de abril de 2014