Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo | 20 abril 2024.

CCOO de Industria apuesta por la innovación como factor de la competitividad para la industria española

  • CCOO de Industria ha elaborado un informe con el que pretende hacer propuestas de actuación concretas y en un ámbito que considera imprescindible acometer si queremos conseguir el objetivo del cambio de modelo productivo perseguido durante las últimas décadas

La situación española en materia de desarrollo tecnológico se manifiesta en el hecho de que en el último debate sobre el Estado de la Nación no hubo referencia alguna al conocimiento y a la I+D+i, a pesar de que es un factor preferente para el futuro desenvolvimiento de la economía española, como lo es para la europea y la internacional. Por tanto, el déficit del sistema de innovación del país debe empezar por la toma de conciencia política sobre su importancia, porque, mientras tanto, no avanzaremos un ápice.

20/07/2015.
Imagen del informe de CCOO Industria

Imagen del informe de CCOO Industria

Un dato que llama la atención es el reducido peso del gasto de I+D sobre el PIB en España, colocándola a una distancia importante de los principales países innovadores. Es el país que más artículos genera en materia de investigación y el que menos patentes produce.
 
También es conocido que ese esfuerzo recae en una parte importante en la Administración Pública. A pesar de que la I+D+i constituye un valor imprescindible para el crecimiento y es vital para el desarrollo de las empresas, pero existe una clara falta de voluntad empresarial para acometer estos gastos, renunciando a asumir innovaciones arriesgadas.
 
España lastra su competitividad, supliendo, mediante la importación, la carencia de bienes de alto contenido tecnológico para desarrollar su producción, sobre todo, en las ramas en las que hay una alta presencia de filiales de empresas extranjeras.
 
Las Estrategias de Especialización Inteligente (RIS·3), impulsadas por la Comisión en el marco de los Fondos Estructurales, supone la colaboración entre empresas, centros de investigación y universidades para identificar las áreas de especialización y puntos débiles de la innovación de cada región.
 
En España, diez CCAA (Madrid, Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla y León, Extremadura, Murcia y Valencia) deben completar la información aportada relativa a prioridades de inversión o están aún pendientes de la creación de un mecanismo de seguimiento de los fondos de cohesión. Lo que plantea interrogantes sobre el total de recursos que puedan finalmente captarse y sobre el impacto total en el sistema de I+D+i de estas fuentes europeas de financiación.
 
Al mismo tiempo, a la hora de acometer la digitalización de la industria manufacturera, la llamada Industria 4.0, en España estamos muy retrasados (Alemania lo lleva practicando casi una década y desarrollando desde hace cinco años). Nuestra industria tiene que solventar de forma urgente tres problemas: el derivado de la escasa presencia de empresas tecnológicas propias; la debilidad de la formación para atender a las necesidades de esta nueva industria en un futuro; y la falta de voluntad política para asumir el reto industrial, y con ello el tecnológico, en nuestro país.
 
Además de seguir existiendo diferencias en el protagonismo público y privado del esfuerzo en I+D en el ámbito regional, se manifiesta una falta importante de transferencia de conocimiento desde las universidades y centros tecnológicos públicos hacia las empresas y el mercado, alejando a España de los países de cabecera en este campo.
 
A lo que se añade la infrafinanciación de la I+D que, sin ser el único problema, es también una de las debilidades más evidentes del sistema español de ciencia y tecnología, y un importante escollo para mejorar competitividad estructural de la economía.

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