Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo | 24 abril 2024.

Manuela Temporelli y la "poesíaterapia"

    27/01/2021.

    Entre pandemia, nevadas, hielos y lluvias tuvo lugar la tertulia poética Indio Juan que contó como protagonista a la siempre poeta, amiga y admirada Manuela Temporelli. Como no podía ser de otra manera, un cierto y espontáneo surrealismo acompañó al acto, que a través de zoom reunió a casi medio centenar de personas. Mostró Temporelli, habitante en esa España vaciada, que en vez de "ancho de banda" en internet hay lugares con "estrecho de banda". Javier López, que ejerció como comandante de la NASA en Huston ante los problemas técnicos, adoptó soluciones revolucionarias ante las contingencias y logró empalmar un "pinganillo" en la distancia a la voz de Temporelli, desaparecida de las imágenes pero presente con sus versos. Versos, que por otra parte, no dejaron de fluir de boca sus seguidores y, como no, seguidoras.
     
    Tampoco exageremos la circunstancia, que ni siquiera la cosa da para solicitar "zona catastrófica" porque la luz se hizo. De hecho, los imprevistos llenaron de dinamismo el acto que se inició con la contundente afirmación de Javier López: "la creación literaria contribuye también a cambiar las cosas". Recordó quien fuera secretario general de CCOO, articulista y poeta que conoció a Manuela "antes de este siglo, cuando yo era aspirante a escribir poemas; cuando Indio Juan me explicaban la diferencia entre poema y alegato; cuando Manuela siempre referencia". Se preguntaba López qué había sido de Temporelli y a renglón seguido se respondía: "marchó al pueblo, ha sido abuela y sigue escribiendo".
     
    También desde la emoción, Agustín Sánchez Antequera, editor de El Sastre de Apolinaire y "compañero de muchas aventura vividas juntos durante muchos años" nos guió por la obra y también por la vida de Manuela. Recordó, por tanto, los años que desde la práctica soledad, Temporelli gestionó el Ateneo Cultural Primero de Mayo, hoy Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo; así como el tiempo que participó en la Tertulia Indio Juan. Por ello, Sánchez Antequera invitó a la poeta unas memorias poéticas de todas las personas que por allí pasaron.
     
    "Llueve como tan solo puede llover?"
     
    A partir de ahí, Temporelli nos relató ese primer paso que la llevó a publicar su primer poemario: "Lluvia en junio" (1997). "Como en tantas ocasiones sucede con una primera obra, se trata de un poemario de amor", explicó. La trastienda de esa obra es una historia de amistad y generosidad, ya que la edición se pudo llevar a cabo gracias a Andrés García Madrid , "que fue el profesor del taller que creamos", contó Manuela. Y continuó: "fue como un padre. Para mí no ha muerto. Cuando cobró el poco dinero que logró como profesor del taller de poesía decidió reinvertirlo en publicar el libro de una persona del alumnado, Y optó por mí. Puso su dinero y su prestigio, que ya era director de la Casa de la Cultura de Getafe". En esta confesión, Manuela no olvidó que aquel primer libro "le debe también mucho a Indio Juan y sus indicaciones".
     
    Indicaciones de un clásico, por otra parte, ya que éste insistía: "quien puede escribir un soneto puede escribir cualquier cosa". Y sí, en los inicios nuestra poeta se ajustaba a la métrica y se dejaba influir por la poesía sueca y centroeuropea.
     
    Pero antes de contactar con la tertulia, en la vida de Temporelli, hará 44 años, entró Manuel Rico Rego, que fue quien la llevó a su amor por la poesía. En un momento dado, ella fue secretaria del Grupo Parlamentario del PCE en la Asamblea de Madrid y Rico, diputado. En esas circunstancias Manolo y Manuela llegan a una complicidad poética "total" y ella se acerca al Grupo Poético de los 50.
     
    Amor y otros amores
     
    Con "Un ala rota" (2008), la temática amorosa de Manuela se torna a otros amores. Los amores familiares; a su tierra manchega, dura y difícil como pocas en España; a lo popular; a referentes como Eladio Caballero.
     
    Son recuerdos de infancia, de cuando levantaron la torre de la Iglesia, del pan de miga. Recuerdos de una postguerra con ojos infantiles y de años posteriores en lo que se auterretrata como "una hippie sin sueños":
     
    "Mis sueños permanecen
    en el jardín pueril de las acacias
     donde los besos beben
    manantiales de aullidos".
     
     
    Pero quizá el "libro más infrecuente", tal como escribió Manuel Rico en el prólogo, sea "Cuaderno de Budapest", porque como su amigo y poeta nos relataba "La poesía es, a veces, una forma de conjurar miedos, de contemplar la vida a la luz de experiencias especialmente difíciles. Cuaderno de Budapest responde, en gran medida, a esa pulsión" (?)  "Los poemas que lo componen tienen como telón de fondo la capital húngara pero su corazón está en otro lugar: en la lucha de una joven de diecinueve años contra una grave e inesperada afección".
     
    La joven es la hija de Temporelli, quien empezó a escribir donde acaeció la desgracia, en Budapest, en "unos momentos muy duros de la enfermedad de mi hija", nos contaba. "Todo era luz y rosas, lirios en los kioscos. Los restos del naufragio. Azucenas de vendas y algodones esperan en las sombras que vigilan tu vida".
     
    Este poemario se mueve entre el miedo y lo que será la celebración del feliz desenlace.
     
    Confesó también Temporelli que la mejor forma de escribir es leer y reconoció "el carácter terapéutico de la escritura", muy presente en su obra. "Escribir me ha librado de la locura", aseguró. Y parafraseando a Pepe Hierro, proclamó: "cuando uno está feliz, para qué va a escribir?
     
    Alfonso Roldán