Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo | 29 marzo 2024.

Eva Chinchilla o la poesía fusión

    06/04/2021.

    "A Eva Chin la conocí en 2013. En Getafe. En el Centro Cultural José Hierro". En el evento Espaldas mojadas. Eva y bici eléctrica; Eva y bricolaje; Eva y conjunción poesía, danza, fotografía?" Así presentaba la poeta Ámparo Arróspide a la también poeta, filóloga y amiga, Eva Chinchilla, Eva Chin (1971). Después relató Arróspide momentos de intimidad con Chin, charlas de café, viajes en Cercanías. Momentos de coincidencias en del alma, desde la espiritualidad budista al misticismo cristiano.
     
    Cuestiones de identidad: "¿Quién escribe desde dónde y para qué?" Con Chin aunque se hale de Rimbaud no hay pose, no hay postureo que valga.
     
    Arróspide y Chin ya coincidieron recientemente en estos días de conmemoración poética del Día de la Mujer en la Tertulia Indio Juan, gracias a la labor de Manuela Temporelli. Y la penúltima semana de marzo; casi mientras nos enterábamos de la muerte del escritor, periodista y compañero de luchas, Jorge Martínez Reverte; Eva Chin nos contaba de ella, sus letras y sus fusiones.
     
    Nos contaba Eva de la importancia de la poesía como ayuda de vida. Citaba a César Vallejo para relatar que si tenemos elementos y herramientas poéticas?, "mucho mejor. Porque sí, a veces esa poesía es necesidad".
     
    Y recordó las palabras de Paul Valéry cuando afirmaba que "un poema nunca se acaba, solamente se abandona".
     
    Confesó la poeta haber vivido "experiencias fuertes", de acompañamiento en el dolor, en la enfermedad y el duelo. Experiencias que forman parte de su poesía, experiencias en las que la poesía es salvavidas porque "el lenguaje puede anudar, desanudar y disolver el dolor".
     
    A partir de ahí, Eva compartió esa fusión oriental y flamenca que realiza con "haikus" nipones. La presencia de Madoka Kubota, amiga japonesa, en una de las pantallitas de nuestros ordenadores añadió sal al asunto, al leer los textos en su lengua:
     
    El haiku:
     
    Cuando yo haya muerto,
    ¿Cuidará alguien
    el crisantemo que dejo?
     
    Kizan (1851), a la edad de 64 años.
     
    La fusión Eva Chin:
     
    Cuando ya haya muerto mare,
    quien te las podrá cuidar
    las florcicas de tu tumba,
    que no las podré regar
     
    Y también con la muerte merodeando:
     
    El haiku:
    Vamos a ver
    para mi viaje al otro mundo
    (me pondré) el vestido de flores
     
    Que suena más o menos así:
     
    Ima zo kiru / nori no taiji no / hanagoromo
     
    Setsudo (1776), a la edad de 61 años.
     
    La fusión de Eva Chin:
     
    Ay qué me pongo, qué me pongo
    Pá mi viaje al otro mundo
    Qué me pongo yo qué me pongo
     
    o
     
    Ese vestío de flores
    no te lo pongas ahora,
    déjalo para el otoño
     
     
    Eva Chinchilla es autora de los poemarios Años abisinios (2011), Verbo rea y un tercer poemario publicado en prensa y es redactora de la revista de poesía Nayagua.