14 de Abril. Noventa años de la proclamación de la II República, "un día muy importante para los demócratas, para los intelectuales y especialmente los escritores". Manuel Rico, escritor, periodista, poeta, presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), pero fundamentalmente amigo de las Comisiones Obreras, su Fundación Ateneo 1º de Mayo y su tertulia Indio Juan, abría con esas palabras un recital poético my especial dedicado a los 90 años de la II República Española.
Recordaba Rico que en la fauna de la escritura es variada la ideología, "pero los valores de la II República están vigentes hoy", un tiempo de "grandes transformaciones cuya huella se mantiene absolutamente indeleble, por eso en el futuro su presencia será constante".
Rememoró nuestro poeta algunos nombres eternos: Lorca, Hernández, Aleixandre, Salinas, Jorge Guillén, Concha Méndez, Aurora de Albornoz, Angelina Gatell, Paca Aguirre? Poetas de República, de guerra y de tiempos clandestinos de franquismo.
Y leyó Manuel Rico unos bellos versos de Pedro Garfias, poeta comunista, exiliado en el "Sinaia" y fallecido en México. Versos de "Primavera en Eaton Hastings", que nos trasladan al dolor del exilio, "un poema de soledad y añoranza de patria perdida":
Yo te puedo poblar, soledad mía,
igual que puedo hacer rocas y árboles
de estas oscuras gentes que me cercan.
¿Cómo, si no, llevar sobre los hombros
la ausencia? El ágil viento me conoce
y ayuda en mi trabajo: cada día
cuelgo del monte nuestro cielo limpio,
planto en el lago nuestra rubia era
y el ancho río de corriente pródiga
vacío lentamente...
Allí donde los pinos y los álamos,
donde la encina sólida y el roble
el claro olivo de verdor de plata.
Y sobre el culto césped
el triunfo de la espiga.
El sol muy en lo alto, fatigando
el aire con sus alas,
en el cenit su vuelo detenido.
Cómo su gracia y limpidez los ojos
me abrasan con su luz... No lo soñara
la torpe mano que me arrebatara
mi blanca Andalucía.
Y de Manuel a Manuela, porque Manuela Temporelli, alma de la tertulia, tras recordar que "la poesía verdadera solo puede ser republicana" dio el pistoletazo de salida al recital-maratón republicano, que inició la poeta Ada Salas, no sin prisas porque tiene una cita con el teatro, donde se ponían en escena sus poemas. Nos regaló Ada la Elegía, de Luis Cernuda a Lorca, titulada "A un poeta muerto":
Como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.
(?)
Amparo Arrospide, Francisco Aguado, Noni Benegas, Eva Chinchilla, Eva Fernández, David Fraguas, María García Zambrano, Ángel Huerga, Paola Laskaris, Javier López, Pablo Martín Coble, Nuria Mejías Ruiz, Isabel Miguel, Matías Muñoz, Emilio Polo, Agustín Sánchez Antequera, Gemma Serrano?, era el cartel del maratón, que vivió flexibilidades. Poeta a poeta se dieron el testigo de versos tricolores.
Especialmente emotivo resultó "Hace tiempo", de Paca Aguirre, dedicado a su padre fusilado en 1942, leído por García Zambrano. Como nos recordó Temporelli, Paca murió hace dos años, el 13 de abril:
Recuerdo que una vez, cuando era niña,
me pareció que el mundo era un desierto.
Los pájaros nos habían abandonado para siempre:
las estrellas no tenían sentido,
y el mar no estaba ya en su sitio,
como si todo hubiera sido un sueño equivocado.
(?)
La primera hora de recital concluyó con la lectura de "Lección de historia", de Carlos Álvarez, un poema dedicado a Blas de Otero:
Dicen que el año mil novecientos treinta y tantos
la tierra de mi patria dejó de ser de tierra,
porque se convirtió en un suelo estéril
enemigo del trigo y de la lluvia;
que los ríos perdieron temblor y transparencia,
y supieron la forma concreta de la muerte;
que las noches no fueron compañeras del viento,
y los robles doblaron su medrosa estatura
temerosos de una bala perdida?
(?)
Y la despedida coral Temporelli-Javier López-Manuel Rico, con compases de "Himno de Riego" de fondo, concluyó con recomendaciones claras del último: leer poetas memorables, aquellos que conectaron la República con la clandestinidad, leer a Marcos Ana, Blas de Otero, Gabriel Celaya. Y leer a los rebeldes de los 60 y 70, esos a los que tanto se les reprocha por la Transición; esos que tanto cariño tenían a sus padres y que nunca les reprocharon perder la guerra, "una relación contradictoria que manteníamos con nuestros padres". Por eso, Rico nos regaló un poema propio de su libro "Cuadernos de historia", titulado "Antepasados":
"Eran ellos:
los que vivieron la muerte y su avaricia
en plena juventud. Fuimos
los herederos de sus temores,
las tapias donde su sombra, el hueco
para sus lágrimas
mientras crecíamos.
Después,
en la edad indecisa de la conciencia,
fuimos su miedo viejo y su alegría,
la luz adormecida que despierta de pronto
y que asusta, fuimos
los herederos grises de antiguas primaveras,
los viajeros hacia un abismo
hecho de incertidumbre y luminarias,
de aturdidas verdades y destellos
de un mundo al que nombrar
contra el crepúsculo".
Alfonso Roldán Panadero